No dejarías tu instrumento musical a cualquiera, ¿verdad?. De hecho, es muy probable que solo tú y tu “luthier” tengáis ese privilegio. Es lógico, tu instrumento musical tiene un valor incalculable y no hablo de dinero, que también.
Es curioso que en muchas ocasiones y pese a tener nuestros instrumentos tan celosos no reparemos en la necesidad de protegerlos ante imprevistos. Sí, lo sé, todos tenemos un estuche resistente y de calidad pero eso no evita por ejemplo que nos puedan robar el cello, el clarinete o las baquetas del xilófono como tampoco evitará la rotura del instrumento si tropezamos con él en un concierto o en un ensayo.
No son pocas las ocasiones en que un instrumento entra de urgencia al taller por culpa de un estuche mal cerrado con golpes y magulladuras de tercer grado. ¡Menuda faena!
Suerte de tener a nuestro técnico de viento, luthier o arquetero dispuestos a recuperar al paciente que agoniza en la mesa del taller. Nuestra principal preocupación ahora mismo es ver a nuestro compañero de trabajo recuperado y listo para el concierto pero la siguiente preocupación será la factura del “doctor”. Lo sé, cualquier cosa por recuperar nuestro instrumento y poder seguir compartiendo momentos musicales y demás obras emblemáticas sobre el escenario. Pero, ¿y si pudiéramos proteger nuestros instrumentos y nuestro bolsillo a la vez?
Muchos músicos saben cómo hacerlo. Disponer de un seguro para instrumentos musicales tiene todo el sentido en estos casos. Y todo ello me lleva a una reflexión: si no le confías tu instrumento musical a cualquiera, ¿lo harías con el seguro de tu instrumento?
Por Gabriel Abraham vía LinkedIn